**Capítulo 8: La Caída en la Oscuridad**
Part 8
Maddie se sentó en la silla, todavía temblando después de lo que había sucedido. La cámara se había apagado, pero la imagen de sí misma desnuda seguía grabada en su mente. Se sentía vulnerable y expuesta, como si hubiera perdido el control sobre su propia vida. De repente, recordó las palabras que había dicho: "Soy una rubia tonta". La frase resonaba en su mente como un mantra, y comenzó a sentir un extraño placer al repetirla. Se la dijo a sí misma en voz baja, y luego la repitió en voz más alta. La palabra "tonta" se convirtió en un susurro sensual en sus labios. Maddie se levantó de la silla y se acercó a la pared. Se apoyó en ella, con la cabeza hacia abajo, y comenzó a respirar profundamente. De repente, gimió. La voz le salió de la boca sin que pudiera controlarla. "Soy una rubia tonta", repitió, esta vez con un tono de voz más sensual y lastimero. La voz se convirtió en un gemido, y luego en un susurro. Maddie se sentía cada vez más relajada, más abandonada. Se dejó llevar por el placer de la palabra, y comenzó a repetirla una y otra vez. "Soy una rubia tonta, soy una rubia tonta", gimió, con la voz cada vez más alta y más sensual. De repente, Maddie se detuvo. Se quedó quieta, con la cabeza hacia abajo, y escuchó su propio respiro. La habitación estaba en silencio, excepto por el sonido de su propia respiración. Se sentía extrañamente satisfecha, como si hubiera encontrado algo que había estado buscando. Se enderezó y se miró al espejo. La imagen que le devolvió la mirada era la de una chica con los ojos brillantes y la piel sonrojada. Maddie sonrió, y luego se rió en voz baja. Se sentía diferente, como si hubiera cruzado una frontera invisible. La puerta se abrió detrás de ella, y Sofía entró en la habitación. "Maddie", dijo, con una sonrisa en el rostro. "Creo que hemos obtenido algo muy especial". La voz de Sofía era cálida y aprobadora, y Maddie se sintió un poco más segura. ¿Qué iba a pasar después? Solo el tiempo lo diría.