**Capítulo 32: La naturaleza en todo su esplendor**
Part 32
Maddie se sintió aliviada después de hacer sus necesidades en el lugar apartado que Eira y Riven le habían indicado. Sin embargo, no se dio cuenta de que su alivio iba a ser de corta duración. De repente, sintió una sensación de urgencia en su estómago y supo que tenía que ir al baño de nuevo. "Lo siento, chicos", dijo Maddie, mientras se alejaba rápidamente de Eira y Riven. Pero antes de que pudiera encontrar un lugar adecuado, su cuerpo decidió hacer de las suyas. Un sonido explosivo se escuchó en el aire y Maddie se detuvo en seco, avergonzada. Eira y Riven se miraron entre sí y se rieron. "¡Maddie, parece que tienes un problema!" exclamó Eira, mientras se tapaba la nariz. Maddie se dio cuenta de que su diarrea era más líquida de lo que pensaba. Un flujo constante de heces amarillentas y acuosas salió de su cuerpo, creando un charco en el suelo. El olor era intenso y Maddie se sintió mortificada. Pero lo que no sabía era que su problema había atraído la atención de todos los animales del bosque. Un grupo de pájaros se posó en una rama cercana, mirando con curiosidad el espectáculo. Un conejo se asomó de su madriguera, oliendo el aire con interés. Incluso un grupo de ciervos se acercó, mirando con una mezcla de fascinación y repulsión. La heces de Maddie eran como un regalo para la naturaleza, un recordatorio de que incluso en los momentos más incómodos, la vida seguía adelante. Eira y Riven se rieron a carcajadas, disfrutando del espectáculo. "Bueno, Maddie", dijo Eira, mientras se limpiaba las lágrimas de los ojos. "Parece que has alimentado a la fauna local". Maddie se sintió avergonzada, pero también se dio cuenta de que no había nada que pudiera hacer. Se rió con Eira y Riven, aceptando su destino. "Supongo que esto es parte del viaje", dijo Maddie, mientras se encogía de hombros. Eira y Riven asintieron, sonriendo. "Sí, y parte de la diversión", agregó Riven. Maddie se unió a ellos, riendo y aceptando la naturaleza en todo su esplendor.