**La borrachera de la libertad**
Part 14
La madrugada había llegado y las chicas se habían ido, dejando a Maddie sola en la habitación. La resaca de la noche anterior todavía la mareaba, pero no era solo el alcohol lo que la hacía sentir así. La unión de las tres mujeres había sido intensa y apasionada, y Maddie todavía sentía el calor de sus cuerpos en su piel. Se levantó de la cama y se dirigió al jardín, necesitaba un poco de aire fresco para despejar su mente. La luna llena brillaba en el cielo y el aire estaba lleno de un aroma a flores y hierba fresca. Maddie se sintió atraída por un árbol grande y antiguo que se encontraba en el centro del jardín. Se acercó a él y lo abrazó, sintiendo la rugosidad de su tronco y la suavidad de sus hojas. De repente, una idea loca se le ocurrió. Se rió a carcajadas y se desnudó, sintiendo el viento fresco en su piel. Se acercó al árbol y lo besó, sintiendo una sensación de libertad y abandono. La borrachera de la noche anterior la había dejado sin inhibiciones y Maddie se sintió como si pudiera hacer cualquier cosa. Se subió al árbol y se sentó en una rama, sintiendo el balanceo suave de la madera bajo su peso. La luna llena la iluminaba y Maddie se sintió como si estuviera en un mundo propio. Comenzó a reír y a cantar, sintiendo la música de la noche y el ritmo de su propio corazón. De repente, se detuvo y se quedó en silencio, escuchando el sonido de su propia respiración. Se sintió como si estuviera conectada con la naturaleza, como si fuera una parte de algo mucho más grande que ella misma. Y en ese momento, se sintió atraída por el tronco del árbol y se dejó ir, entregándose a su deseo. Maddie tuvo sexo con el árbol, sintiendo la rugosidad de su tronco y la suavidad de sus hojas. La experiencia fue extraña y liberadora, y Maddie se sintió como si hubiera alcanzado un nuevo nivel de conciencia. La borrachera de la libertad la había llevado a un lugar donde no había límites ni inhibiciones, y Maddie se sintió como si fuera dueña de su propio destino. Cuando finalmente bajó del árbol, se sintió renovada y rejuvenecida. La luna llena todavía brillaba en el cielo y el aire estaba lleno de un aroma a flores y hierba fresca. Maddie se sintió como si hubiera encontrado algo nuevo y valioso, algo que la haría sentir libre y salvaje para siempre.