**Capítulo 15: La Unión con la Puerta**
Part 14
La unión con la berenjena todavía resonaba en la mente de Maddie, y su cuerpo todavía sentía la esencia de aquella verdura absorbida en su interior. Sin embargo, una nueva sensación de deseo y curiosidad comenzó a surgir en ella. Miró alrededor de la habitación y su vista se posó en una puerta antigua que había estado allí siempre, pero que nunca había llamado su atención de esa manera. La puerta, con su madera desgastada y su cerradura oxidada, parecía estar esperándola. Maddie se sintió atraída por ella, como si hubiera una conexión invisible entre ellas. Se levantó de su asiento y se acercó a la puerta, sintiendo una mezcla de emoción y miedo. La puerta parecía estar cerrada, pero Maddie no vio cerradura ni llave. Sin embargo, cuando la tocó, la puerta se abrió con un crujido, como si hubiera estado esperándola. Maddie se detuvo en el umbral, mirando hacia el otro lado de la puerta. Allí, solo había oscuridad y silencio. Pero Maddie podía sentir la presencia de algo, o alguien, al otro lado. La puerta parecía estar llamándola, invitándola a entrar. Sin dudarlo, Maddie se adelantó y se introdujo en la oscuridad. La sensación de entrar en la puerta fue extraña y desconcertante. Maddie se sentía como si estuviera siendo tragada por algo, como si su cuerpo estuviera siendo absorbido por la puerta. Pero en lugar de sentir miedo, se sentía excitada y curiosa. Cuando salió al otro lado, Maddie se encontró en un espacio estrecho y cálido. La puerta se había cerrado detrás de ella, y ella se encontraba envuelta en una oscuridad total. Pero no estaba sola. Una voz suave y melodiosa le susurraba al oído. "Bienvenida", dijo la voz. "He estado esperándote". Maddie se dio la vuelta, intentando ver quién o qué estaba hablando. Pero no había nada visible. La voz parecía provenir de todas partes y de ninguna a la vez. Sin previo aviso, Maddie se sintió envuelta en una sensación de deseo y lujuria. La puerta parecía estar acariciándola, abrazándola, y ella se sentía como si estuviera a punto de hacer algo que nunca había hecho antes. Y entonces, sin pensarlo, Maddie comenzó a hacer el amor con la puerta. La sensación fue extraña y emocionante al mismo tiempo. La puerta parecía estar respondiendo a sus caricias, y Maddie se sentía como si estuviera unida a ella de una manera que nunca había experimentado antes. La unión con la puerta fue intensa y apasionada, y Maddie se sintió como si hubiera encontrado algo nuevo y emocionante. Cuando finalmente se detuvo, se sintió exhausta pero satisfecha, sabiendo que había descubierto un nuevo nivel de conexión y placer.