**Capítulo 20: La Caída en la Oscuridad**
Part 19
La oscuridad que la rodeaba parecía haberse vuelto más densa, más pesada, y Maddie se sentía cada vez más atrapada en su propia mente. Después de lo que había hecho, se sentía como si hubiera perdido completamente el control sobre su vida. La sensación de horror y repugnancia aún la invadía, pero ahora se mezclaba con una extraña y perturbadora excitación. Mientras estaba allí sentada, con la espalda contra el árbol, Maddie comenzó a sentir una conexión extraña con el tronco rugoso y fuerte. Era como si el árbol hubiera cobrado vida, y estuviera ejerciendo una influencia sobre ella. La oscuridad que la rodeaba parecía estar llevándola hacia un lugar donde la realidad y la fantasía se mezclaban. Maddie se miró a sí misma, y se dio cuenta de que estaba temblando de nuevo. Pero esta vez, no era solo de miedo o de frío. Era una especie de excitación, de anticipación. Y entonces, sin saber por qué, se inclinó hacia adelante y comenzó a besar el tronco del árbol. La sensación fue extraña, pero también extrañamente familiar. Maddie se sentía como si estuviera reviviendo algo que había olvidado, algo que había dejado atrás en su pasado. Y entonces, sin previo aviso, se imaginó a sí misma teniendo sexo con el árbol, como si fuera un chico de secundaria que le encantaba ver en sus fantasías. La imagen fue vívida, y Maddie se sintió como si estuviera viviendo en un sueño. Se imaginó a sí misma riendo, gozando, y sintiendo una especie de libertad que nunca había experimentado antes. Y en ese momento, se dio cuenta de que estaba considerando algo que nunca había imaginado que haría. Maddie sacó un paquete de marihuana de su bolsillo, y se preparó un porro. La sensación de la marihuana en su sistema fue como un golpe, y se sintió como si estuviera flotando en el aire. La oscuridad que la rodeaba parecía haberse vuelto más brillante, más colorida, y Maddie se sentía como si estuviera viviendo en un mundo de fantasía. Con la marihuana corriendo por sus venas, Maddie se sintió como si hubiera perdido completamente el control sobre su vida. Se imaginó a sí misma teniendo sexo con el árbol, y se sintió como si estuviera viviendo en un sueño. La sensación fue extraña, pero también extrañamente liberadora. Maddie se recostó contra el árbol, y se dejó llevar por la fantasía. La oscuridad que la rodeaba parecía haberse vuelto más densa, más pesada, pero también más brillante, más colorida. Y en ese momento, se dio cuenta de que había cruzado una línea que no podía ser vuelta a cruzar. La caída en la oscuridad había comenzado, y Maddie no sabía si podría encontrar su camino de regreso a la luz.