**La Revelación**

Maddie corría sin parar, sin rumbo fijo, intentando dejar atrás la imagen que la perseguía. La visión de Emily transformada en una criatura mitológica, besándose apasionadamente con una mujer, la había dejado sin aliento. No podía sacudir la sensación de que había visto algo que no estaba destinada a ver. Después de lo que pareció una eternidad, Maddie se detuvo en seco, jadeando y con la cabeza dándole vueltas. Miró alrededor, tratando de orientarse. Se encontraba en un bosque desconocido, rodeada de árboles altos y densos. La oscuridad la envolvía, y el único sonido era el de sus propios pasos y el latido de su corazón. Se sentó en el suelo, tratando de procesar lo que había visto. ¿Qué estaba pasando con Emily? ¿Por qué se había transformado en una criatura? Y ¿quién era esa mujer con la que estaba? Las preguntas se arremolinaban en su mente, pero no tenía respuestas. Maddie se levantó y comenzó a caminar de nuevo, esta vez con un propósito. Necesitaba encontrar respuestas, y sabía exactamente a quién preguntarle. Se dirigió hacia la casa de la anciana que vivía en el pueblo, una mujer sabia y conocedora de secretos. Si alguien podía ayudarla a entender lo que estaba sucediendo, era ella. La casa de la anciana estaba envuelta en un silencio sepulcral, pero Maddie sabía que estaba allí. Llamó a la puerta, y después de un momento, se abrió una pequeña rendija. —¿Qué quieres, Maddie? —preguntó la anciana, con una voz llena de sabiduría. Maddie tragó saliva antes de hablar. —Necesito saber qué está pasando con Emily. La vi... la vi transformarse en algo... algo que no es humano. La anciana asintió lentamente, y abrió la puerta para dejarla pasar. —Vamos, niña. Tenemos mucho que hablar.