**La Noche de la Devoración**

La euforia del momento había alcanzado su punto máximo, y Alex se sentía como si estuviera flotando en un mar de pasión y deseo. Maddie se movía contra él, su cuerpo suave y flexible, y Alex no podía resistir la tentación de tocarla. Extendió su mano y acarició su cabello, luego bajó hacia su pecho. Maddie gimió de placer cuando Alex tocó sus tetas, y se acercó más a él. En ese momento, algo cambió en Maddie. Su expresión se transformó en una mirada feroz y hambrienta, y sus ojos parecieron brillar con una luz sobrenatural. Alex no se dio cuenta del cambio en ella, demasiado absorto en el momento. Maddie lo miró fijamente, y Alex vio algo en sus ojos que lo hizo sentir un escalofrío. Pero antes de que pudiera reaccionar, Maddie lo tomó por el cuello y lo apretó con fuerza. Alex trató de defenderse, pero Maddie era demasiado fuerte. La habitación se llenó de un silencio inquietante, y Alex se sintió como si estuviera siendo arrastrado hacia una oscuridad sin fondo. Maddie lo miró con una sonrisa cruel, y Alex supo que estaba en grave peligro. De repente, Maddie se inclinó hacia adelante y mordió el cuello de Alex. El dolor fue intenso, y Alex se sintió como si estuviera siendo drenado de su vida. La oscuridad se cerró sobre él, y todo se volvió negro. Cuando Alex volvió a despertar, se encontró en un lugar desconocido. Estaba en una especie de jaula, y Maddie estaba frente a él, sonriendo. La jaula estaba llena de cadenas y candados, y Alex se dio cuenta de que estaba prisionero. Maddie se acercó a la jaula y lo miró con una sonrisa hambrienta. "Te vas a quedar aquí conmigo", le dijo, su voz suave y seductora. "Y pronto, te vas a convertir en mi comida". Alex se horrorizó al escuchar las palabras de Maddie. Se dio cuenta de que había cometido un error terrible al venir a su casa. Ahora, estaba a su merced, y no sabía si podría escapar vivo.