**La Oscuridad se Cierne**

Ella empezó a gritar con todas sus fuerzas, pero su voz se ahogaba en la pequeña habitación. La oscuridad parecía absorber sus palabras, y el silencio que siguió fue aún más aterrador. Maddie se movió por la habitación, buscando una salida, pero no encontró nada. La puerta de hierro era su única esperanza, pero estaba cerrada con llave. La criatura había desaparecido, pero Maddie podía sentir su presencia en alguna parte, observándola. Se detuvo frente a la puerta y gritó de nuevo, esta vez con más fuerza. Su voz se quebró, y las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. Mientras gritaba, Maddie notó algo extraño. La habitación parecía estar cambiando a su alrededor. Las paredes de piedra se volvieron más oscuras, y el aire se llenó de un olor a humedad y descomposición. La oscuridad parecía estar creciendo, extendiéndose como una mancha. De repente, la habitación se detuvo. El silencio fue absoluto. Maddie se quedó quieta, escuchando, y entonces lo oyó. Un susurro, suave al principio, pero que creció en intensidad hasta convertirse en un rugido. La voz de la criatura. Maddie se estremeció, y su corazón se aceleró. La criatura estaba cerca, muy cerca. Podía sentir su aliento en su nuca, y su voz parecía provenir de todas partes y de ninguna a la vez. "¿Dónde estoy?" gritó Maddie, pero su voz se perdió en la oscuridad. La respuesta fue un silencio aún más profundo. La criatura no estaba dispuesta a hablar. Solo quería que Maddie supiera que estaba allí, que la estaba observando, y que pronto sería suya. Maddie se derrumbó en el suelo, rodeada de una oscuridad que parecía tener vida propia. La criatura la había atrapado, y ahora era suya. ¿Qué le deparaba el futuro? Solo la oscuridad parecía saberlo.