**La Noche de la Fuga**
Part 5
La oscuridad de la noche los envolvía mientras corrían por las calles vacías, sus pasos resonando en el silencio. Rin se esforzaba por mantener el ritmo de Akane, que parecía conocer el camino con una certeza que él no tenía. No sabía adónde iban ni por qué huían, pero la urgencia en la voz de Akane y la mirada de miedo en sus ojos lo impulsaban a seguir adelante. De repente, Akane giró a la izquierda y se metió en un callejón estrecho y oscuro. Rin la siguió, su corazón latiendo con ansiedad. El callejón estaba iluminado solo por la luz de la luna, que proyectaba sombras largas y distorsionadas en las paredes. "¿Adónde vamos?", le preguntó Rin, su voz baja y urgente. Akane se detuvo y se dio la vuelta, su rostro iluminado por la luna. "A un lugar seguro", dijo, su voz llena de convicción. "Un lugar donde no nos pueden encontrar". Rin asintió con la cabeza, aunque no sabía si podía confiar en Akane. ¿Quién era esta chica y qué sabía sobre las personas sombrías que los perseguían? Continuaron corriendo por el callejón, que se estrechaba cada vez más hasta que se convirtieron en un pasillo entre dos edificios altos. Akane se detuvo frente a una puerta metálica y sacó una llave de su bolsillo. "¿Cómo tienes una llave?", le preguntó Rin, su voz llena de curiosidad. Akane sonrió débilmente. "Es una larga historia", dijo. "Pero ahora, por favor, confía en mí". Rin asintió con la cabeza y Akane abrió la puerta, revelando un pasillo oscuro y vacío. Entraron en el pasillo y Akane cerró la puerta detrás de ellos, bloqueando la entrada con una barra de metal. "¿Dónde estamos?", le preguntó Rin, su voz baja. Akane se encogió de hombros. "En un lugar seguro", repitió. "Por ahora, al menos". Rin se dio cuenta de que estaban en un pasillo subterráneo, con tubos y cables en el techo. El aire estaba húmedo y olía a moho. "¿Qué es este lugar?", le preguntó Rin, su voz llena de curiosidad. Akane sonrió débilmente. "Es un refugio", dijo. "Un lugar donde podemos escondernos de las personas que nos buscan". Rin se sintió un poco aliviado, aunque todavía no sabía qué estaba pasando ni quiénes eran las personas sombrías que los perseguían. Pero por ahora, al menos, estaban a salvo.