**Capítulo 1: La Rubia con un Secreto**
Part 1
Maddie era la chica que todos envidiaban en el instituto. Su cabello rubio cascaba por su espalda como una cascada de oro, sus ojos azules brillaban como el cielo en un día soleado y su cuerpo era el envidia de todas las chicas. Su culo grande y redondeado era el objetivo de muchos suspiros y su pecho generoso era el centro de atención en cualquier fiesta. Pero detrás de esa fachada de perfección, Maddie escondía un secreto. Un secreto que la hacía sentir como una extraña en su propio mundo. La verdad era que a Maddie no le gustaban ni los hombres ni las mujeres. No sentía atracción por ninguna persona, por muy atractiva que fuera. Su corazón latía por algo completamente diferente. Maddie se sentía atraída por los objetos materiales. Puertas, árboles, mesas, sillas... todo lo que encontraba a su alrededor era capaz de hacer que su corazón se acelerara. Recuerdo de la primera vez que se dio cuenta de esto. Tenía 10 años y estaba en el parque con su familia. Mientras su hermano jugaba al fútbol, ella se quedó mirando un árbol grande y antiguo que se alzaba en el centro del parque. De repente, sintió una conexión con ese árbol, como si fuera una parte de ella. Desde ese día, Maddie comenzó a explorar sus sentimientos hacia los objetos materiales. Se sentía atraída por la forma en que la luz del sol se reflejaba en la superficie de un charco de agua, por la textura rugosa de un tronco de árbol y por la suavidad de una puerta de madera recién barnizada. Su vida diaria se convirtió en un desafío para mantener su secreto a salvo. ¿Cómo podía explicar a sus amigos que se sentía atraída por una farola en lugar de por un chico popular? ¿Cómo podía confesarle a su familia que su corazón latía por un escritorio antiguo en lugar de por una chica simpática? Maddie se sentía como una prisionera en su propio cuerpo, incapaz de expresar sus verdaderos sentimientos. Pero un día, mientras caminaba por la calle, vio algo que la hizo detenerse en seco. Una puerta vieja y oxidada que colgaba de sus goznes, llamándola con una voz silenciosa. Sin darse cuenta, Maddie se acercó a la puerta y acarició su superficie rugosa. Fue como si el mundo a su alrededor se hubiera detenido. Por primera vez en su vida, se sintió libre. ¿Qué pasará con Maddie a partir de aquí? ¿Podrá encontrar a alguien que entienda sus sentimientos o seguirá viviendo en secreto? La historia apenas comienza...