**Capítulo 10: La Huida**

Part 10

La oscuridad parecía cerrarse sobre ella como una trampa, y Maddie no podía sacudirse la sensación de que estaba a punto de ser consumida por algo que no podía controlar. La criatura seguía mirándola con aquella sonrisa tranquilizadora, pero Maddie ya no podía creer en sus palabras. Se sentía como si estuviera al borde de un abismo, y la única forma de evitar caer era salir corriendo. Sin pensarlo, Maddie se dio la vuelta y salió corriendo de la habitación. Sus pies descalzos golpeaban el suelo frío mientras corría lo más rápido que podía, sin saber hacia dónde iba. La oscuridad parecía perseguirla, y podía sentir la respiración de la criatura en su nuca. No podía creer que hubiera pensado que aquella criatura era su amiga. ¿Cómo había sido tan estúpida? Ahora estaba sola, corriendo por un lugar desconocido, sin saber qué la esperaba. Maddie llegó a un pasillo largo y oscuro, y lo siguió sin detenerse. No podía ver nada, pero seguía corriendo, impulsada por el miedo y la adrenalina. De repente, vio una luz en la distancia, y se dirigió hacia ella. La luz provenía de una puerta que daba a un jardín. Maddie la abrió de golpe y salió al exterior, sintiendo el aire fresco en su rostro. Miró hacia atrás, pero la puerta se cerró sola, y no pudo ver si la criatura la seguía. Se encontraba en un jardín grande y abandonado, lleno de maleza y árboles muertos. Maddie se detuvo a respirar, tratando de calmarse. ¿Qué había hecho? ¿Dónde estaba? Y ¿qué iba a pasar ahora? Miró a su alrededor, tratando de orientarse. El jardín parecía no tener fin, y no veía ninguna salida. Se sentía perdida y sola, y el miedo seguía acechando en las sombras. De repente, escuchó un ruido detrás de ella. Se dio la vuelta, y su corazón se detuvo. La criatura estaba allí, mirándola con aquella sonrisa tranquilizadora. Maddie sabía que tenía que seguir corriendo.