**Capítulo 48: La Verdad al Desnudo**

La noche había caído sobre la casa, y Maddie y Ruby habían decidido quedarse solas, mientras Sofía y Emily salían a cenar. La tensión entre ellas era palpable, y Maddie no podía evitar sentir que estaba viviendo un sueño del que no podía despertar. Después de lo que había sucedido esa mañana, Maddie y Ruby habían decidido no hablar sobre ello, pero la tensión entre ellas era cada vez más intensa. Maddie se sentó en el sofá, intentando distraerse con la televisión, pero no podía evitar pensar en Ruby. De repente, escuchó un ruido detrás de ella y se dio la vuelta para ver a Ruby de pie en la puerta, con una mirada intensa en sus ojos. Maddie se sintió nerviosa, pero Ruby se acercó a ella y se sentó a su lado. —Maddie, tenemos que hablar —dijo Ruby, su voz suave y sensual. Maddie se encogió de hombros, intentando parecer indiferente, pero Ruby la miró a los ojos y la besó suavemente en los labios. Maddie se rindió, y se dejaron llevar por la pasión. Se levantaron del sofá y se dirigieron a la habitación de Maddie, donde se entregaron a sus deseos. La pasión entre ellas era intensa, y Maddie se sintió como si estuviera perdiendo el control. Justo cuando estaban en el punto álgido, Maddie escuchó un ruido en la puerta. Se detuvo y miró a Ruby, que también se había quedado quieta. La puerta se abrió lentamente, y Sofía apareció en el umbral. Maddie y Ruby se miraron, sorprendidas y avergonzadas. Sofía se quedó paralizada, mirándolas con una mezcla de sorpresa y confusión. —¿Sof...? —comenzó a decir Maddie, pero no pudo terminar la frase. Sofía se dio la vuelta y salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de ella. Maddie y Ruby se miraron, sabiendo que habían sido descubiertas. Se levantaron de la cama y se dirigieron al baño, intentando calmarse. Maddie se miró al espejo y vio que estaba sonrojada y despeinada. —¿Qué vamos a hacer? —preguntó Ruby, mirándola a los ojos. Maddie se encogió de hombros, intentando parecer indiferente, pero sabía que no podía evitar la conversación que se avecinaba. La verdad estaba al descubierto, y Maddie no sabía cómo enfrentarla.