**El Miedo que la Acompaña**

Maddie tengo miedo, pensó mientras la criatura la miraba con una sonrisa tranquilizadora. La habitación parecía cerrarse sobre ella, y el aire se volvía más denso y pesado. La criatura se detuvo un momento, como si hubiera percibido su miedo. "No tienes por qué tener miedo, Maddie", dijo, su voz suave y calmada. "Estoy aquí para ayudarte." Pero Maddie no podía sacudirse la sensación de temor que la invadía. La idea de cambiar de forma, de ser algo más que humana, era demasiado para procesar. Se sentía como si estuviera al borde de un abismo, sin saber si podría dar el salto y sobrevivir. "¿Qué significa ser una cambiante?" preguntó, tratando de mantener la voz firme. La criatura se acercó más, su rostro a unos centímetros del de Maddie. "Significa que tienes la capacidad de transformarte en diferentes formas", dijo. "De ser un animal, un ser humano, o algo completamente diferente." Maddie se sintió mareada. La idea de perder el control, de no saber qué forma tomaría o qué haría, era aterradora. "¿Cómo puedo controlar eso?" preguntó, su voz temblando ligeramente. La criatura sonrió de nuevo. "Te enseñaré", dijo. "Te enseñaré a controlar tu don, a ser lo que eres." Pero Maddie no estaba segura de si estaba lista para eso. La idea de cambiar de forma, de ser algo más que humana, la llenaba de miedo y incertidumbre. Se sentía como si estuviera entrando en un mundo desconocido, sin saber qué la esperaba. "¿Qué pasa si no puedo controlarlo?" preguntó, su voz apenas audible. La criatura la miró a los ojos, su expresión seria. "No puedes fallar", dijo. "Tienes que confiar en ti misma, en tu don." Maddie asintió, tratando de encontrar la confianza que la criatura parecía tener en ella. Pero el miedo seguía ahí, acechando en las sombras, esperando a que ella se equivocara.