**Capítulo 2: La Noche del Encuentro**

Part 2

La oscuridad del club envolvía a Alex como un abrazo sofocante, y el sonido de la música y las risas era como un torrente que lo arrastraba hacia el interior. De repente, vio a Maddie en la pista de baile, su cuerpo moviéndose al ritmo de la música con una sensualidad que parecía hipnotizar a todos los que la rodeaban. Alex se sintió atraído por ella como un imán, y su corazón latió con nerviosismo mientras se acercaba. Maddie lo vio y sonrió, como si supiera que estaba allí para ella. Se acercó a él con una confianza que era casi intimidante, y Alex se sintió como si estuviera bajo su hechizo. La música era fuerte y la iluminación era baja, pero Alex podía sentir la electricidad en el aire. "¿Quieres bailar conmigo?" le preguntó Maddie, su voz suave y seductora. Alex asintió, y Maddie lo tomó de la mano, llevándolo a la pista de baile. El cuerpo de Maddie se movía contra el suyo, y Alex podía sentir el calor de su piel a través de la ropa. La música era un torrente que los envolvía, y Alex se sintió como si estuviera perdiendo el control. De repente, Maddie se detuvo y lo miró a los ojos. "Vamos a mi casa", le susurró, su aliento cálido contra su oído. Alex asintió, y Maddie lo tomó de la mano, llevándolo fuera del club. La noche era fresca y el aire estaba lleno de posibilidades. Llegaron a la casa de Maddie, un lugar grande y lujoso que parecía un palacio. Maddie lo llevó a su habitación, un lugar lleno de ropa y objetos personales que parecían reflejar su personalidad. Se acercaron a la cama, y Maddie se detuvo, mirándolo a los ojos. "¿Quieres hacerlo?" le preguntó, su voz suave y seductora. Alex asintió, y Maddie sonrió. Se acercó a él, y Alex la tomó en sus brazos, sintiendo el calor de su cuerpo. La ropa se deslizó por sus cuerpos, y Alex la tomó, introduciendo su miembro en su vagina. Maddie se movió contra él, y Alex se sintió como si estuviera en un paraíso. La pasión los envolvió, y Alex se sintió como si estuviera perdiendo el control. Maddie se movió contra él, brincando y moviendo su cuerpo de una manera que parecía casi animal. La noche se convirtió en un torbellino de pasión y deseo, y Alex se sintió como si estuviera viviendo un sueño. Pero en el fondo de su mente, una voz le decía que algo no estaba bien, que Maddie era más de lo que parecía.