**Capítulo 21: El Viaje al Desconocido**

Part 21

El vehículo se desplazaba por la carretera oscura, y Maddie se sentía cada vez más incómoda. La oscuridad del bosque había quedado atrás, pero la sensación de vulnerabilidad que la envolvía no había disminuido. El hombre que la había secuestrado -o al menos, eso parecía- no había dicho una palabra desde que se subió al vehículo. Maddie trató de mirar por la ventana, pero la oscuridad de la noche y la velocidad del vehículo la hacían imposible ver nada con claridad. Se dio cuenta de que no sabía adónde la estaba llevando, ni qué planes tenía el hombre para ella. Después de un rato, el hombre habló por primera vez desde que salieron del bosque. "Pronto llegaremos", dijo, sin mirarla. Maddie se volvió hacia él, tratando de leer su expresión. Pero el hombre seguía mirando la carretera, su rostro iluminado solo por la luz del tablero de instrumentos. "¿Dónde estamos yendo?", insistió Maddie, tratando de mantener la calma. El hombre sonrió de nuevo, pero no respondió. Maddie se sintió frustrada y asustada. ¿Qué la esperaba en el destino? El vehículo siguió avanzando por la carretera, y Maddie se dio cuenta de que estaban saliendo de la ciudad. La carretera se hizo más estrecha y sinuosa, y el paisaje se convirtió en un mar de sombras y luces lejanas. De repente, el vehículo se detuvo en un puesto de control. Maddie vio un letrero que decía "Entrada restringida" y se sintió aún más asustada. ¿Qué lugar era este? El hombre mostró una tarjeta de identificación y el guardia de seguridad asintió con la cabeza. El vehículo siguió avanzando, y Maddie se dio cuenta de que estaban entrando en una zona privada. El vehículo se detuvo frente a un edificio grande y moderno, con ventanas de vidrio oscuro. Maddie se sintió como si estuviera en una prisión de lujo. El hombre se volvió hacia ella y sonrió de nuevo. "Bienvenida", dijo. "Estás a salvo aquí". Maddie se sintió confundida. ¿A salvo? ¿De qué? Y ¿dónde estaba exactamente? Pero antes de que pudiera hacer más preguntas, el hombre se levantó y la invitó a salir del vehículo. Maddie se levantó, todavía desnuda, y se sintió expuesta de nuevo. Pero esta vez, había algo diferente en el aire. Algo que la hacía sentir que su vida estaba a punto de cambiar de una manera que no podía imaginar.