**La Primera Impresión**

Part 1

Lucía se sentó en el asiento trasero del coche, mirando por la ventana mientras su familia se mudaba a un nuevo pueblo. La emoción y la ansiedad se mezclaban en su estómago. Tenía 10 años y nunca había vivido en un lugar nuevo antes. Su padre, su madre y su hermano menor, Tomás, estaban todos ocupados descargando cajas y maletas, mientras que Lucía se sentía un poco perdida. Cuando llegaron a su nueva casa, Lucía se sintió un poco abrumada por la cantidad de cajas y muebles que había que desempacar. Su madre le dio una tarea para ayudar a desempacar y Lucía se puso a trabajar. Mientras trabajaba, pensaba en la escuela que empezaría al día siguiente. ¿Cómo sería? ¿Haría amigos? ¿Le gustarían los profesores? Al día siguiente, Lucía se despertó temprano, se vistió y se desayunó con su familia. Su padre le dio un beso en la frente y le dijo que sería una gran día. Lucía tomó su mochila y salió de la casa con su madre. La escuela era un edificio grande y antiguo, con un patio amplio y un jardín pequeño. Lucía se sintió un poco nerviosa mientras caminaba hacia la entrada. Su madre la besó en la mejilla y le dijo que todo saldría bien. Dentro de la escuela, Lucía se encontró con una multitud de caras desconocidas. Su profesora, la señora García, la recibió con una sonrisa y la presentó a la clase. Lucía se sentó en su pupitre y miró alrededor, tratando de absorber todo. Fue entonces cuando lo vio. Un niño con ojos brillantes y cabello oscuro, sonriendo a ella desde el otro lado de la habitación. Lucía se sintió un poco ruborizada y bajó la mirada. La señora García comenzó a hablar y Lucía se concentró en lo que estaba diciendo. Pero no podía evitar mirar al niño de vez en cuando. Parecía estar mirándola también. Después de la presentación, la señora García les pidió que se levantaran y se presentaran a sus compañeros de clase. Cuando llegó el turno del niño, se levantó y dijo: "Hola, soy Mateo". Lucía sonrió y dijo: "Hola, soy Lucía". Mateo se acercó a ella y le dijo: "Encantado de conocerte, Lucía". Lucía se sintió un poco nerviosa, pero también emocionada. Había tenido una primera impresión muy agradable de Mateo y no podía evitar preguntarse si serían amigos.