La noche de pasión inolvidable

Part 28

Maddie se despertó con la sensación de que algo había cambiado para siempre. La noche anterior había sido intensa y liberadora, y todavía podía sentir la energía y la conexión que había establecido con Alex. Pero mientras se levantaba de la cama y se dirigía al baño, no podía evitar pensar en la realidad de su situación. Eran primos, y su relación había cruzado una línea que no se podía regresar. Se miró al espejo y se preguntó qué iba a pasar ahora. ¿Cómo iban a enfrentar a sus familias? ¿Cómo iban a explicar su relación? Maddie sabía que su familia era tradicional y que la idea de una relación entre primos no sería bien vista. Mientras se duchaba, Maddie escuchó la puerta de su habitación abrirse. Se asomó y vio a Alex entrar con una taza de café en la mano. "Buenos días", le dijo Alex con una sonrisa. Maddie sonrió también y se acercó a él. "Buenos días", le respondió. Alex se acercó a ella y la besó en la mejilla. "¿Cómo te sientes hoy?", le preguntó. Maddie se encogió de hombros. "No lo sé", admitió. "Estoy un poco confundida". Alex la miró a los ojos. "Lo sé", le dijo. "Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, no importa lo que pase". Maddie se sintió conmovida por sus palabras. Sabía que Alex era sincero, pero también sabía que la realidad de su situación era complicada. "Tenemos que hablar con nuestras familias", dijo Maddie finalmente. "No podemos seguir escondiendo esto". Alex asintió. "Lo sé", dijo. "Pero no sé cómo van a reaccionar". Maddie se encogió de hombros. "No lo sé", admitió. "Pero creo que es hora de enfrentar la realidad". Alex la miró a los ojos y asintió. "Estoy listo", le dijo. "Vamos a hacer esto juntos". Pero justo en ese momento, la puerta de la habitación se abrió de nuevo y un hombre alto y fornido entró. Maddie se sorprendió al ver que era un furra, un hombre que había conocido en una fiesta hace unos meses. "Hola, Maddie", dijo el furra con una sonrisa. "¿Cómo estás?" Maddie se sintió incómoda y se dio cuenta de que no sabía qué hacer. Alex la miró a ella y luego al furra, y su expresión cambió. "¿Quién es este?", preguntó Alex. Maddie se encogió de hombros. "Se llama... no sé", admitió. "Lo conocí en una fiesta". El furra se acercó a Maddie y la besó en la mejilla. "Me llamo Juan", dijo. "Y creo que tú y yo tenemos algo pendiente". Maddie se sintió confundida y no sabía qué hacer. Pero antes de que pudiera responder, Juan la tomó de la mano y la llevó a la cama. La noche que siguió fue intensa y apasionada. Maddie se entregó a Juan y se olvidó de todo lo demás. Pero cuando terminó, se dio cuenta de que había cometido un error. "¿Qué he hecho?", se preguntó. Juan la miró a los ojos y sonrió. "No te preocupes", dijo. "Esto no significa nada". Pero Maddie sabía que sí significaba algo. Había cruzado una línea de nuevo, y no sabía cómo iba a explicar esto a Alex. Se levantó de la cama y se dirigió al baño, sin saber qué hacer a continuación. La realidad de su situación era más complicada de lo que había imaginado.