**Capítulo 1: La Chica con el Apetito Insaciable**

Part 1

Maddie era una chica que parecía salida de un sueño para muchos hombres. Su cabello rubio cascaba por su espalda como un río de oro, y sus ojos azules brillaban como el cielo en un día soleado. Su figura era envidiable, con grandes senos y un trasero que hacía girar cabezas en la calle. Sin embargo, detrás de esa fachada de perfección, se escondía un secreto oscuro y macabro. Corrían rumores en el pueblo sobre una serie de desapariciones misteriosas de chicos jóvenes que habían sido vistos por última vez en compañía de Maddie. Algunos decían que era una bruja, que tenía un apetito insaciable por la carne joven y que se alimentaba de ella para mantener su juventud y belleza eternas. Otros afirmaban que era una asesina en serie, que se deshacía de sus víctimas de manera brutal y sin remordimiento. Pero nadie sabía la verdad. Nadie sabía qué pasaba con los chicos que se acercaban a Maddie con intenciones amorosas, solo para desaparecer sin dejar rastro. La policía había investigado, pero no había encontrado ninguna pista que los llevara a la verdad. Maddie era una chica que sabía cómo manipular a los hombres. Se movía con una confianza y una seguridad que era casi hipnótica. Los chicos se sentían atraídos por ella como mariposas hacia la luz, sin darse cuenta del peligro que se escondía detrás de su sonrisa. Un día, un chico llamado Alex se mudó al pueblo. Era un chico tímido y reservado, pero había oído rumores sobre Maddie y estaba decidido a descubrir la verdad. Se enteró de que Maddie frecuentaba un club local, un lugar donde la gente iba a divertirse y a olvidar sus problemas. Alex se armó de valor y decidió ir al club, con la esperanza de encontrar a Maddie y descubrir qué pasaba con los chicos que se acercaban a ella. Mientras caminaba hacia el club, podía sentir su corazón latiendo con nerviosismo. ¿Qué encontraría allí? ¿Y qué le deparaba el destino? La oscuridad de la noche parecía cerrarse sobre él mientras se acercaba al club. La música y las risas se filtraban por la puerta, y Alex se sintió atraído por el calor y la energía que emanaba de dentro. Tomó una respiración profunda y empujó la puerta, listo para enfrentar lo que fuera que se encontrara dentro.