**Un Juego de Pasión y Fuerza**
Part 15
La adrenalina y el deseo que habían desencadenado en la habitación anterior todavía estaban muy presentes en el aire. Maddie y la chica pelirroja se encontraban en una posición de máxima intimidad, con sus cuerpos muy cerca uno del otro. La chica pelirroja, con una sonrisa maliciosa en su rostro, miró a Maddie con una mirada que parecía decir "estoy lista para algo más". Sin previo aviso, la chica pelirroja se inclinó hacia adelante y apoyó su mano en la pared, justo detrás de Maddie. Maddie se sintió un poco incómoda, pero la chica pelirroja la tomó de la cintura y la acercó a la pared. La habitación se llenó de un silencio expectante, como si el aire mismo estuviera esperando a ver qué iba a pasar a continuación. La chica pelirroja se posicionó detrás de Maddie, con su cuerpo pegado al de ella. Maddie se sintió un poco nerviosa, pero la chica pelirroja la tranquilizó con un beso suave en la nuca. Luego, con un movimiento rápido y enérgico, la chica pelirroja la levantó y la apoyó contra la pared. Maddie se sintió como si estuviera flotando en el aire, con la chica pelirroja sosteniéndola con fuerza. La pelirroja comenzó a mover a Maddie hacia adelante y hacia atrás, haciendo que rebotara contra la pared. Maddie se sintió emocionada y un poco asustada al mismo tiempo, pero la chica pelirroja la sostenía con fuerza y la hacía sentirse segura. El movimiento era intenso y apasionado, y Maddie se sintió como si estuviera viviendo un sueño. La chica pelirroja la hacía rebotar contra la pared con una fuerza que la dejaba sin aliento, pero al mismo tiempo la hacía sentir deseada y amada. La habitación se llenó de los gemidos y risas de las dos chicas, y el aire se cargó de una pasión y un deseo que no podían ser ignorados. Maddie se sintió completamente absorta en el momento, y la conexión con la chica pelirroja era casi tangible. La chica pelirroja continuó moviendo a Maddie contra la pared, aumentando la intensidad del movimiento con cada segundo que pasaba. Maddie se sintió como si estuviera a punto de despegar, y la emoción la hacía sentir viva y conectada con su pareja de una manera que nunca había experimentado antes.